miércoles, 26 de marzo de 2014

Lío de turbante




En cuanto me descuide ya son las dos. Dios podría ser negro, mulato, blanco, chino, pero raro sería si llevara turbante. ¿Ya estamos con la discriminación a las gentes musulmanas? Muchas ganas tendrían algunos por desencadenar conflictos por afirmaciones tales. Sólo hablaba porque en este caso la apariencia sí que determina la tendencia, sino creencia, religiosa. Menudo lio en el que me acabo de meter, mas me he dormido con la ce del teclado presionada, o presa, cuando he descubierto que crecía y crecía, cuando ahora ralentizo hasta llegar a la zeta interminable.

sábado, 15 de marzo de 2014

Young enough

Dibujo 2.sketch
So we were young, dijo la extraña al entrar por la puerta. ¡Francesca no la cierres tras de ti! Le he gritado y no sé si me podrá oir, excuse me, I think I cannot stop crying by now. Decía que el inglés es un idioma que nos deja como ancianos siendo aún jóvenes. Pero te reías, si, Francesca, te reías de mis absurdas aseveraciones, siempre encontrabas la diversión en todo rincón. Tengo muchos rincones al hablar. What do you see my dear? Is it dark? Lamento ir a la Toscana tan tarde, I probably knew you won´t see me again, I won´t see you any more? Tu enfermedad vivía paralela a mi felicidad de reciente esposa y madre, todo parecía dejar el viaje a tu país para el futuro incierto. Incierta es la muerte, oh fiore della Toscana! ¿Qué tal fue por Brasil? Brazil was your last trip, I could see life on the pictures you texted me, on your face, I mean. Por tanto no quería creer que te irías tan pronto.


Young enough, I am here. Is any flight to wait for? Eras la más rápida encontrando billetes de avión baratos y te has marchado sin darme tu secreto. Mañana será otro día pero ¿qué es mañana en ese lugar? Es que no puedo aceptarlo, Francesca, cómo vivir sin respuestas.
Para F. y D. Camisoli

Cuento en blanco. Al amparo de Amparo


Las burbujas gloguean. Amparo sobre un sillón enfoca el blanco, el techo, las ondas de escayola, la planicie superior. El glogueo agúa la máquina gris, es trasparente, juguetón y activo. El agua crea oxígeno que se transporta en un tubo verde hasta la juntura con otro igual, aunque transparente, que ampara a Amparo por su nariz, recto canal a sus ojos observadores del blanco. Días en blanco.

Licencia

Word me indica el camino. Todo este cabezal de iconos suena a chino en el primer encuentro. Como si de una cita se tratara, plena de incógnitas. He caído en muchas de sus trampas desde nuestro primer tropiezo, ¡ah! pero bien has evolucionado, me mimas guardando mi falta de memoria cuando la electricidad la pretende estafar. Me has dado a cambio un medio bien amplio para expresarme, también para ver claros mis escritos, para trabajar o no dejarme batir por los errores que una máquina de escribir no perdonaría. Word me pide licencia y yo me la tomo.

Miro a Álvaro

Las habitaciones de la casa son todas dobles. Parece que no han dejado la vivienda sucia, aun así conveniente es que la señora de la limpieza haya llegado. Papá y yo elegimos una habitación que podría ser la suya, luego descubrimos que hay otra menos ruidosa. Las cortinas no parecen haberle gustado y las ha descolgado, cierto que tanta flor es pegajosa o repipi. Pero qué raro que a Papá le moleste un elemento estético, es tan pragmático este ingeniero jubilado. Rebusco por la cocina algo que le pueda faltar para su regalo de cumpleaños. Caminando por la casa acabo descubriendo una tercera habitación, ésta es aún más silenciosa y se ven árboles próximos, a él también le gusta más, ésta será la suya, aun con ese enorme armario antiguo. Por la ventana veo una torre de la zona incendiándose, la señora de la inmobiliaria no lo ve sintomático, estas cosas pasan.
He bajado a la planta baja con Mamá, que a qué santo aparece por aquí. Discutimos fuertemente, ella hace un amago de desmayarse, soy tan cruel a veces, tengo tanto del pasado estancado. Unas señoras la han sujetado pero las retiro y la tomo yo. Caminamos, parece que nos vamos reconciliando. Salimos de nuestro mundo y descubrimos el gran caos que nos rodea. Los bomberos están mojando el edificio donde Papá está. Descubro ya calcinadas las torres de apartamentos próximas. Personas van y vienen, he olvidado en el piso mi teléfono móvil, le pido el suyo a mi madre, no tiene batería apenas pero intenta hacer una llamada, sin embargo se equivoca y llama a alguien con contestador, alguien que nunca escucha su contestador. No hay más remedio que despertarme y mirar a Álvaro dormir.